En la actualidad no nos complicamos la vida para nada,
la solución está al instante para todo, desde que nos ponemos hasta que estudio
o como estudio, me caso, me divorcio, trabajo o no, hacer de ese educando
además una persona íntegra, responsable y honesta, actitudes todas que le
permitan insertarse y desenvolverse en la sociedad adulta, en el mercado
laboral y en el mundo universitario de manera exitosa y madura
Para las jóvenes generaciones, formadas en un
sistema educativo en el que prima el
facilismo sin tener demasiado en cuenta la cultura del esfuerzo, las
ingenierías, en especial las superiores, mantienen una imagen de carreras
complicadas, con altos niveles de exigencia, y que no resultan atractivas para
quienes buscan el resultado fácil y a corto plazo.
En
aspecto relacionado con el facilismo como factor determinante en el proceso de
pensamiento crítico y propositivo, este es para Arboleda (2010, p.1)
“...el lamento inactivo de los docentes
frente a una cultura que erosiona la Academia, en virtud de la cual se permite
en gran medida que los estudiantes entreguen informes o trabajos con mínimo
procesamiento o elaboración mental y en los que predomina el copiado de
información obtenida sobre todo por Internet.”
Finalmente, la sociedad merece verdaderas universidades e institutos que
ofrezcan una educación superior de calidad enlazada con la pertinencia y el
impacto social, no una mercancía de títulos y grados otorgada en cualquier
esquina. Por tanto, para un verdadero desarrollo del país apremia nuevas reglas
de evaluación y acreditación de las universidades e institutos superiores.