Desde el ámbito educativo, es necesario precisar el norte al que se
pretende conducir al alumno. Si se subraya el ‘competir’, se
orientan las actividades educativas al entorno; es decir al éxito profesional,
medido en términos de renta, lo que implica hacerse con un estatus y lo que
aquel incluye.
En cambio, si se enfatiza el ‘ser competente’, entonces se centran en la persona.
Implica educar a una
“persona” que tiene que desarrollarse en un entorno en el que tiene que actuar,
responder, discernir las posibilidades que le ofrece para convertirlas en
disponibilidades Y hacerlo con decisión flexible y humana.
El educar para ser competente apunta a la
formalización de las facultades humanas: inteligencia, convicciones, autoestima
y voluntad, para que deje su impronta en el ámbito en que le corresponda
desenvolverse.
Usted elige que
desea para sus hijos, ser competentes o ser competitivos, esta en sus manos la paz del mundo.