Las habilidades sociales son
recursos para los comportamientos sociales que facilitan la integración de las
personas en un grupo humano, la participación eficaz en las relaciones con
otras personas.
Su desarrollo y entrenamiento
es de especial importancia en la evolución de la madurez social desde las
primeras edades, es decir en el hogar, ya que prepara a la persona para la
complejidad de las interacciones humanas y previenen disfunciones en la
convivencia.
Muchas de las dificultades en
la interacción social es la pasividad y la agresividad dos estados emocionales
extremos, están mediatizadas por la carencia de estas habilidades, de tal forma
que el alumnado que se comporta de forma pasiva en las escuelas no es capaz de
expresar sus sentimientos, deseos y opiniones. No defienden sus derechos y
probablemente los demás se aprovecharán de su estado indefenso.
En cambio, el alumnado agresivo
sólo se preocupa de lo que le interesa, sin tener en cuenta las opiniones,
deseos y sentimientos de las demás personas. Tienden a humillar y aprovecharse
injustamente de los demás.
En definitiva, las personas sin
habilidades sociales no tienen recursos para establecer relaciones
interpersonales satisfactorias.La mejor forma de restablecer
las relaciones humanas, para un tratamiento educativo en conflicto, se debe
comenzar por un entrenamiento en habilidades sociales.