Qué difícil es no
sentir una pena grande en el alma al perder a un ser amado y este siendo el ser
que te dio la vida, no hay palabra para describir este dolor, solo cuando a uno
le sucede puede entender a otro.
No existen atajos ni
fórmulas mágicas que nos digan cómo se debe manejar un duelo. Ni todos los
duelos son iguales: dependerá de las características personales, del vínculo
afectivo con la persona fallecida, del apoyo recibido por el entorno y aun
sintiéndose acompañado habrá un vacío, de las circunstancias que han acompañado
a la pérdida…
Cuándo
muere un ser querido todo en nuestra vida cambia, es normal, pero que difícil
es entenderlo, nos llevará tiempo, pero cuanto tiempo. Estamos en duelo.
Cuando se está de duelo… sientes que te estas
volviendo loco. Las lágrimas vienen de golpe y los médicos te quieren dar
medicación en un intento de resolver la tristeza.
Algunos
familiares y amistades te quieren evitar y es en parte porque la gente no sabe
que decirte.
Puedes
sentirte enfadado, y culpable de sentirte enfadado. Te sientes vulnerable,
solo e incomprendido. Hasta puedes llegar a cuestionar tu fe.
Te
preguntes muchas veces “¿Por qué?”… Te dices a menudo “Si yo…”
Te
encuentras mal físicamente y cosas que hacías antes, ahora ya no te sientes
capaz.
La
gente te quiere ayudar diciendo: “El tiempo lo cura todo”. La verdad es que la
gente te da muchos consejos… inútiles, la mayoría.
Tus
relaciones cambian, tus prioridades cambian.
La
vida nunca más será igual……perdón
MADRE TU ME ENSEÑASTE A LUCHAR