La escuela de hoy, debe afrontar nuevos desafíos que
atraviesa la sociedad, como el facilismo, el ocio, la vagancia, etc. esta a su
vez es reflejada en la escuela, por eso
tiene que proveer de toda clase de estímulos que permitan el desarrollo
del aprendizaje, implementando acciones pedagógicas, didácticas e innovadoras que reviertan el fenómeno del
"desinterés por aprender”.
Los niños vienen con una carga de cosas, lo inquietan o
asustan, ser partícipes de sus emociones, protagonistas de sus acciones,
desarrollar sus capacidades cognitivas y afectivas, involucrarse en cuestiones
que hacen a la participación social y democrática como ciudadanos, aprender del
otro, ser escuchados, recomponer la noción de futuro, ser solidarios y cooperativos,
pensar con autonomía, tomar decisiones y evaluar conductas.
Si nosotros como docentes, asumimos el rol de
coordinador y facilitador del aprendizaje propiciando un medio estimulante que
contemple la diversidad socio-cultural, teniendo en cuenta que podemos
promoverla y generarla a través de nuestra
gestión.
Debemos plantearnos nuevos modos de interpretar la realidad, de pensar
las interrogantes y estableceremos un puente cognitivo entre el conocimiento
formal que se desea transmitir y el conocimiento práctico del cual el niño ya dispone,
entendiendo que los docentes somos sujetos claves para la transformación a
partir de nuestra práctica cotidiana.
Preparemos un mundo mejor para nuestros estudiantes con autonomía y capacidad para afrontar sus nuevos retos
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