La
familia es el primer contacto corpóreo-espiritual que todo niño experimenta (la
primera experiencia) cuando nace y viene al mundo de la vida, en los brazos de
sus padres siente la seguridad.
La
familia es potencialmente la primera escuela del afecto. Si en ella no
encuentra el ser humano los primeros signos de cariño, este ser no dará afecto
en el futuro.
Es el
primer abrazo feliz que conduce -no desorienta- por la ruta del amor. Por ello,
un punto nuclear en la familia es su función educadora con amor y paciencia. Y
la máxima premisa en familia es la educación o la pedagogía-del-afecto.
Pues,
consiste en el orientamiento del deseo verso el verdadero bien. Pero para
orientar el deseo, se necesita de un modelo. ¡He ahí, el rol educador de los
padres! Son los padres, papá y mamá, los que se convierten en el primer modelo
-en la ciencia del afecto- que los hijos diariamente miran, ven, abrazan,
sienten, observan y quieren.
Entonces
papito y mamita brinden amor a sus hijos para tener una generación si
violencia.
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