La concepción holística del desarrollo infantil integral es la mirada en el desarrollo emocional. El niño tiene una imperiosa necesidad de ternura, de protección y de atención.
Las familias y los adultos responsables, que se relacionan con el niño y la niña asumen un rol determinante en su crianza proveyéndoles cuidado, afecto, estímulo, valores y la protección necesaria.
Sostenemos que las oportunidades de desarrollo de los niños de nuestro país aumentan exponencialmente cuando son acompañadas y favorecidas por políticas públicas de carácter multidisciplinario e intersectorial que favorezcan el acceso de las familias a recursos, conocimientos y servicios de atención de calidad.
El desarrollo infantil integral suele definirse a través de los cambios que los niños atraviesan en términos físicos, cognitivos, emocionales y sociales que los habilitan a una vida autónoma y plena.
Un niño espera en función de lo que ya recibió. Las nuevas experiencias son vividas a partir de estos modelos dados por experiencias anteriores.
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