viernes, 13 de julio de 2012

ENTRE DOS CAMINOS


 El mundo en que vivimos se mueve tan rápido y exige cada vez más de nosotros, que sin querer terminamos andando por un camino que nunca deseamos.

Nosotros estamos en esta vida de paso, por lo tanto tenemos la responsabilidad de vivir de la manera adecuada. ¿Cuál es la manera correcta? Esa pregunta sin duda todos alguna vez nos la hemos hecho.

El ser humano tiene un ego y una vanidad tan grande que son su principal obstáculo para ser ayudado por Dios, no le queda más remedio que caminar su propio camino, como decía el poeta Antonio Machado resignadamente es su poema “Caminante no hay camino”, un poema si bien muy bello no menos trágico de un escritor que vivió tal vez creyéndose su propio DIOS y tuvo que caminar toda su vida para descubrir que no lo era.

Escoger es algo natural y rutinario. Al levantarnos seleccionamos nuestra ropa, lo que desayunaremos y lo que haremos durante el día. Es algo sencillo pero para mí es una decisión que requiere atención.

Es importante tomar en cuenta que el estado de ánimo influye en lo que escoges. Hay que buscar la paz y tranquilidad, tomarse el tiempo para decidir sobre algo, ya que el afán no es buena consejera.
En el momento de elegir o  rechazar conviene plantearse algunas interrogantes claves, como ¿Esta decisión me satisfará?, ¿Me llevará a un futuro más estimulante o me dejará anclada en el pasado?  La respuesta está en nuestro interior.

La psicóloga estadounidense Debbie Ford, terapeuta y profesora del Centro Chopra para el Bienestar, de California, afirma que “sólo haciéndote consciente de cada una de tus decisiones, puedes alcanzar la vida extraordinaria con la que has soñado”. Porque frecuentemente nosotros  mismos saboteamos nuestro futuro y sin saberlo tenemos actitudes autodestructivas que  dificultan el camino hacia los logros de nuestros objetivos.

¿Cuál será tu decisión?




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